miércoles, 14 de mayo de 2008

Vacío de soledad? Lleno de soledad?


Los hombres nacemos solos y morimos solos en nuestra individualidad.
En ese recorrido por la vida se nos apegan presencias de otras soledades que, en nuestra necesidad humana de sentirnos contenidos, comparten amores, experiencias, tristezas y desamores. Las nombramos y le atribuímos diferentes cualidades en las que depositamos nuestra necesidad. Através de ellas construímos una suerte de ser, que culturalmente se adecúa a lo que se considera un hombre de bien.
Nos vestimos tras estos apegos y, cuando creemos tener el vestuario completo, las costuras se debilitan y empezamos a quedarnos desnudos. Aquellas presencias en las que habíamos depositado toda nuestra necesidad de contención, nos abandonan creyendo haber aportado lo sufuciente como para que cosamos nuestros trapos con éxito.
Allí, en el impacto de la ausencia, comienza a roer de manera impiadosa, la incertidumbre, batiendo vacío ante la falta de respuesta a las preguntas que redacta nuestra seguridad. Esa seguridad de haber estado vestido, muta a vergüenza cuando descubrimos esta desnudez.
Sin embargo, reconocemos que debemos sabernos desnudos para volver a redescubrirnos como soledades presentes circunstancialmente, si al final los ojos bajo la tierra volverá a encontrarnos desnudos y solos.

5 comentarios:

Diana Campos dijo...

Interesante , el Impacto de la AUSENCIA, podrías relacionarlo con el cuestionamiento que realizas sobre la escuela anteriormente?????

Paula dijo...

Considero que el impacto de la ausencia a la que refiero en el texto es comparable a la situación que en clases hemos comentado en más de una oportunidad y que especifico en la crítica de la escuela hoy:el enfrentamiento de las certezas con las que vivimos en nuestra "juventud", con la incertidumbre con la que convive el adolescente hoy.
La realidad es que nuestra dificultad de entender el comportamiento de los chicos en el aula radica en nuestra incapacidad de ponernos en su lugar, no por no desearlo, sino porque nuestra construcción social es diferente. Por esa razón los chicos a la hora de enfrentarse con el mundo se encuentran tan desnudos, porque las herramientas que nuestra generación generosamente puede brindarles no son las que necesita, no son los hilos para cocer el traje, son los hilos del nuestro, que es de una tela muy difrente.

Diana Campos dijo...

muy bueno paula , que relación encuentras entre ésta posición que acuerdas en el comentario sobre la "ausencia" , con el cap. 1 de la antiestética , aparece alli , sobre este "enfrentamientos de certezas"

Paula dijo...

El capítulo 1 de la Antiestética habla continuamente sobre un mundo circundante que nos sobrepasa por ser muy dinámico, de manera que la única forma real de relacionarse con él es ser espectante y no darlo por hecho. La mejor manera es quitarse de encima toda nuestra biografía, como lo hemos charlado en otras oportunidades, "saltando al vacío". Este salto al vacío no tiene que ver con abandonar, sino con arriesgarse en un mundo que no está emplazado en los mismos órdenes que concíamos.
Creo que actualmente nos encontramos encerrados en esta frase del Aprendiz de Brujo en "esta voluntad de afirmar grandes cosas y rescatar solamente algunas pobrezas"

Diana Campos dijo...

Muy Bueno tu comentari paula , el jueves charlamos con las chicas sobre ésto de el "aprendiz de bujo" y lo retomaremos ,el jueves.Veremos como se para este aprendiz... a partir del cap. 2. Nos vemos