martes, 23 de septiembre de 2008

Eficacia y Eficiencia II


En los tiempos de la Escuela Normalista, la formación docente respondía con eficacia al sistema y con eficiencia a la demanda social. Ese contexto dió nacimiento a la necesidad de un modelo docente que el estado se ocupó de sistematizar.

En el devenir de la historia, en conjunto con el planteo de un desfasaje entre la realidad de la institución escolar y la necesidad contextual, existe análogamente, un desfasaje entre el docente que la institución escolar necesita para "acercar las partes", y el docente que egresa de los centros de formación.

De esta manera eficacia y eficiencia dentro del sistema y la formación docente no se construye de la manera en que, eficacia y eficiencia, es demandada a la institución escolar. Reproduciendo sistemática y cíclicamente modelos que no pueden más que frustrarse ante una realidad de necesidad de eficiencia que resulta de una actitud docente no construída dentro de los centros de formación. Ya sea por los avatares propios del manejo de sistemas educativos por parte de una "ineptitud" del poder político, como también por la incapacidad de los docentes de nivel superior, formadores de docentes de revelarse a su propia formación; demostrada, con una alta deserción y un creciente desinterés, altamante ineficaz y profundamente ineficiente.

Sin embargo, educar sigue siendo la tarea.

Dentro de este pesimismo declarado del sector docente (y de la sociedad en general) sigue latente la intención de brindarse al otro para brindar conocimiento.

En este contexto, ¿cuál es el rol del docente hoy? ¿cuál es su misión? ¿dónde está la meta de la eficacia? ¿cuál es el camino de la eficiencia?

4 comentarios:

mariave dijo...

No comparto la dualidad de tu discurso. Por una parte hacés una dura apreciación generalizada sobre los docentes del nivel superior, discurso reiterado por los medios y la sociedad "en general" -extendido a todos los niveles- y debajo les otorgás el crédito de la "buena intención".
Supongo que tu apreciación la realizás tanto desde tu realidad cotidiana como alumna pero la estás haciendo extensiva a todos.

"El mundo que nos muestran los medios arrastra dolor, confusión, violencia y tristeza. El desasiego, la desesperanza nos envuelven. Apenas hay lugar para la alegría de vivir. No es de extrañar. La tristeza, la angustia disminuyen nuestra capacidad de reacción. Convencidos de que la vida es dura y pesada, que el mundo es un lugar peligroso e injusto que nada podrá cambiar dejamos de ser actores de nuestra vida para ser objetos de temores inducidos que alimentan nuestros propios temores íntimos."
Diego Levis.1999


Sería interesante que tus preguntas no quedaran como preguntas retóricas, sino que intentes esbozar algunas respuestas.
Saludos!

Diana Campos dijo...

Interesante aporte , duro pero real, sobre todo si uno lo planeta desde la experiencia. Pero ...creo que seguimos entrampados en el modelo normalista, "eficaz" y eficiente" en una sociedad que construye a sujetos justamente paa no recrear su realidad , sino sobrevivirla y el docente , o sea el ser humano , no escapa . Y es donde la sociedda con dedo inquisidor acusa , justamente a los encargados de la "educación" de ser no prefectos . Y se castiga a lo humano, al herror y que màs humano que él. Cuando logremos darnos cuenta que el ser humano no es perfecto , creo que podremos estar hablando de una educación concreta y no supuesta.

Paula dijo...

Considero fundamentalmente que el alcance que los términos "eficaz" y "eficiente" en la actualidad, tienen otra significación, o deberían tenerla.
En mi opinión, la eficiencia hoy, paradójicamente, pasa por poder evaluar los errores. Es decir, las decisiones equivocadas en sí mismas no adquieren el valor que sí resulta de la duda durante el proceso, y la resignificación de los resultados. La capacidad eurística, de despegarse y "chequear" la dimensión corporal de nuestra situación problemática, es una característica necesaria a la hora de definir "eficiencia" en la actualidad.
De igual manera, cuando valido las buenas intenciones del educador, parto de la idea de poder entender que nadie escapa a su propia formación de educador. De igual manera, vuelvo a afirmar que la eficiencia pasa hoy por inentarlo evaluando procesualmente al respuesta de nuestros chicos, entendiendo que enseñar no muere en el acto de transferir, sino que, enseñar implica aprender y transmitir. En este transmitir el conocimiento es importante, pero no es el único invitado, nuestras actitudes enseñan, nuestros juicios de valor enseñan nuestra posición ante la vida enseñan, también en todos los niveles. La validación como certeza que todavía posee el docente, hace que sea tan importante dudar sobre lo que hacemos, y estar atento a las "respuestas" que nuestros
alumnos nos "regalan" constantemente.

Sofía dijo...

Tomando el marco teórico sugerido sobre “Evaluación” dada la lectura de los textos, aborda los siguientes interrogantes:

¿Por qué se debe evaluar?

¿Cómo evaluamos en nuestra práctica docente?

¿La evaluación como proceso puede ser considerada de diálogo de comprensión o mejora?

¿Por que la escuela considera importante la evaluación?

¿Con qué técnica evaluativa identificarías a tu instituto formador?